Nunca antes el dicho hacerse la Musiúa había tenido mejor App (aplicación) que en la situación que se le presentó a esta mujer… ¡Ah! ¡La transculturización!
La mamá de las muchachas, preservadora de su cultura prohibió hablar en inglés adentro de la casa para que no se perdiera el lenguaje español tan bello, a lo que la mayor se aplicó e hizo todo el esfuerzo por hablarlo.
Pasó poco tiempo hasta que le llegó la compañerita, su linda hermanita, que de inmediato la acompañó al Daycare (guardería) y con el don del habla que se trajo de los genes de su bisabuela comenzó a hablar en oraciones y párrafos con un lenguaje de TOEFL (Tofel).
En la guardería se pasaban y se hicieron amiguitas desarrollando el inglés a alto niveles y la mayor se quitó ese peso de hablar español ya que la chiquita no entendía y se armó la sampablera, pero en inglés.
Un día llegó la abuela, que inocente les hablaba en español todo el tiempo, así ellas le hablaran en inglés, un intercambio pues.
La mayor captaba y seguía instrucciones.
La otra no y se hacía la Musiúa. I don’t know what you are saying. (yo no sé que estás diciendo).
Entonces la abuela se lo pasaba y corrieron las semanas.
Hasta que llegó el día que pasó algo que ameritaba una reprimenda oral, un sermón pues y la niña con esos ojazos negros, la miró y le dijo I don’t get it. No entiendo. A lo que la abuela repitió el mismo sermón en perfecto inglés, pero rematándolo en español cuando le dijo; -y basta ya del aplique de hacerte la Musiúa, porque aquí todos somos bilingües-.
Y desde ese día todos vivieron felices entre el inglés y el español, sin que nadie volviera a hacerse el Musiú por esos lares.
Marinés Lares